Tarot Francés

La baraja francesa aparece en Francia a principio del siglo XV. Como pasa también con la baraja española, la baraja francesa es una clara actualización del tradicional tarot de Marsella, y por eso se sigue utilizando hoy en día para decodificar el enigma de los sucesos futuros. El manojo de cartas españolas se inventó antes que la francesa y después se expandió y dio a conocer en toda Europa, tiempo más tarde entró en circulación el mazo de la baraja francesa, justo en tiempos de Carlos VII.

El tarot francés como oráculo del tarot se compone de 32 de las 52 cartas que la componen, por tanto, se deberán suprimir las cartas correspondientes del dos al seis de los cuatro palos de la baraja.

En la lectura de naipes, cada carta tiene un significado distinto, según aparezca en posición normal o invertida, o por su situación en la tirada. Debe tener en cuenta, por tanto, el significado de cada naipe sea de tener en cuenta individualmente, como también el significado de las cartas del mismo valor numérico, que aparecen una a continuación de la otra.

También cada palo de la baraja tiene su significado especial. Por lo general se consideran palos desfavorables los diamantes y las picas o espadas; favorables los tréboles y los corazones. Una tirada en el que haya una mayoría de tréboles o corazones, será de buen presagio. Por el contrario, una tirada con mayoría de diamantes o picas será desfavorable.